Consideradas como una de las ubicaciones de rally más extenuantes de todo calendario de carreras, las etapas de Grecia, con sus carreteras polvorientas y rocas escondidas, son capaces de dañar severamente los coches que toman atajos o se abren demasiado en los lugares equivocados. El polvo afecta a la visibilidad y puede suponer un problema para los pilotos que se quedan atrás.